sábado, 19 de septiembre de 2009

¿Liberarse de la mente?



Cuando alguien va al médico y dice: "Oigo una voz en mi cabeza" probablemente lo remitirán a un psiquiatra. El hecho es que, de forma muy similar, prácticamente todo el mundo oye una voz, o varias voces, en su cabeza, todo el tiempo: los procesos involuntarios de pensamiento que usted no se da cuenta que puede detener. Los monólogos o diálogos internos.

Usted probablemente se ha cruzado en la calle con "locos" que hablan o murmuran para si mismos incensantemente. Bueno, esto no es muy diferente de lo que usted y otras personas"normales" hacen, excepto por el hecho de que usted no lo hace en voz alta. La voz comenta, especula, juzga, compara, se queja, acepta, rechaza, y así sucesivamente. La voz no es necesariamente relevante para la situación en la cual usted se encuentra en ese momento; puede pasar revisando el pasado reciente o lejano o ensayando o imaginando posibles situaciones futuras. En este caso, frecuentemente imagina resultados negativos o problemas; este proceso se llama "preocuparse". A veces esta pista de sonido va acompañada por imagenes visuales o "películas mentales".

Incluso si la voz es relevante para la situación del momento, la interpretará de acuerdo al pasado. Esto se debe a que la voz pertenece a su mente condicionada, que es el resultado de toda su historia pasada así como del escenario mental de la cultura colectiva que usted heredó. Así usted ve y juzga el presente con los ojos del pasado y obtiene una vision de el totálmente distorsionada. No es raro que esa voz sea el peor enemigo de la persona. Muchos viven con un torturador en la cabeza que continuamente ataca y los castiga y les drena la energía vital.

Lo bueno es que usted puede liberarse de su mente. Esa es la única liberación verdadera.Usted puede dar el primer paso ahora mismo. Empiece por oír la voz su cabeza tan a menudo como pueda. Preste atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo, esos viejos discos, que han sonado en su cabeza quizás durante años. Eso es lo que llamo "observar al que piensa", que es otra forma de decir: escuche la voz de su cabeza, esté allí como si fuese un testigo.

Cuando usted escuche esta voz hágalo imparcialmente. Es decir, no juzgue o condene lo que oye, por que hacerlo significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta trasera. Pronto empezará a darse cuenta de esto: está la voz y estoy yo escuchandola, observándola. Esta compresión del Yo Soy, esta sensación de su propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la mente.

Extraído del libro el "El Poder del Ahora" Eckhart Tolle

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