sábado, 26 de septiembre de 2009

Las circunstancias materiales

Por mas que nos dediquemos a cultivar nuestro espíritu, esa no es excusa para desatender nuestras necesidades materiales.

A veces nos parece que el esfuerzo diario que hacemos para subsistir es un obstáculo para nuestro adelanto espiritual; sin embargo, tan pronto empezamos a analizar la situación, nos damos cuenta de que no es así. Desarrollar la capacidad de atender a las necesidades materiales personales y las de quienes dependen de nosotros, sin desatender nuestro trabajo interior, mantiene el equilibrio indispensable para nuestro desenvolvimiento espiritual. Más aún, cuando despierta en nosotros la conciencia de la situación de económica de la humanidad, la necesidad de esforzarnos con eficiencia y dedicación para subsistir se transforma en un medio para participar y trabajar para el bien de todos. Este trabajo por el bien común es inseparable del que efectuamos para nuestro desenvolvimiento espiritual.
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Cuando es muy grande la privación que nos imponen las circunstancias materiales no tenemos otra opción que la de aplicar toda nuestra energía al esfuerzo para sobrevivir. Sin embargo, tan pronto como alcanzamos un poco de holgura material aparece la tentación de vivir sin esforzarnos, de escapar de la tenaz demanda del trabajo diario. A veces soñamos con cambiar de ocupación, o con mudarnos a otro lugar, o con hacer tareas que, a nuestro juicio, son más importantes que las que estamos efectuando, o bien pensamos que si no tuvieramos que luchar para atender las necesidades materiales podríamos realizar nuestro sueño de liberación espiritual. Cambiar el trabajo que no nos gusta por otro que nos agrada, dejar un lugar para ir a otro más placentero, no siempre nos da los resultados esperados. Si bien cambiar de lugar o de empleo puede darnos nuevas posibilidades, también puede encubir incapacidad para enfrentar las dificultades.

La actitud de sacrificio respecto de las circunstancias materiales nos enseña a enfrentar los desafios que nos abren posibilidades y tambien a aceptar el esfuerzo de mantenernos en lo que estamos haciendo transformando nuestro trabajo en un medio de desenvolvimiento espiritual.

Fuente : Cafh un camino de desenvolvimiento- Enseñanzas - Sacrificio (Edición 2008)

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