La actitud de ser alegres tiende a unir, a distender, y da puntos de vista tolerantes. Es una energía que avanza sobre los límites personalistas y los trasciende. Es el alimento que nutre el BIEN ANIMICO el bien más preciado que posee el ser humano.
Después de compartir una reunión, nos queda la síntesis del espíritu que la animó, uno recuerda la relación generada. Los momentos alegres producen una onda que se libera al inconsciente del ser, y nos sirve de motor para entregarnos a la vida positivamente.
El manifestar esta actitud permanentemente, nos lleva a comprender y compartir la esencia de los mensajes que recibimos, sin desvirtuarlos o juzgarlos, por ej. : un artista que se expresa a través de una obra, solo es comprendido si nos esforzamos por captar el espíritu que nos trasmite.
La Alegría de Vivir es el trampolín que utilizamos las almas que transitamos el camino de la Renuncia para penetrar en el corazón de la Humanidad.
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