sábado, 14 de noviembre de 2009

Disciplina exterior


"A través de nuestro trabajo interior nos desembarazamos progresivamente de las mareas mentales y emotivas que enturbian nuestra visión del ideal espiritual, traban nuestra comprensión y vician la relación que tenemos con nosotros mismos y con los demás. Sobre todo, trabajamos sobre nuestros hábitos de autocomplacencia, de autocompasión y de autojustificación."


"Si hubiera sabido..." "Si me hubiera dado cuenta..." Estas reflexiones después de los hechos nos ayudan a comprender lo que pasó pero rara vez nos ayudan a prevenir errores dolorosos. El hábito de reflexionar se activa con el dolor, el fracaso, los problemas. Cuando aparentemente todo anda bien, tendemos a pensar ",quién tiene necesidad de reflexionar?" También a veces pensamos que no necesitamos ninguna ascética, que la experiencia misma hos enseña. Pero la muerte inesperada de algún ser querido, un problema grave de salud, la pérdida de empleo o cualquier otra crisis nos hace perder la serenidad, cuando no el discernimiento que podríamos haber tenido.

La experiencia enseña siempre. A veces por repetición sin fin, otras veces porque nos fuerza al desapego para el cual no estábamos preparados. Otras veces nos confronta con situaciones que hacen evidente nuestro modo de vivir errático. Pero, ¿qué provecho sacamos de todo esto? ¿Cuánto aprendemos realmente de lo que enseña la experiencia? ¿Qué sistema usamos para no repetir infructuosamente las mismas experiencias una y otra vez, para no cristalizar esa repetición en una forma de ser, para entregar lo que la vida nos pide sin que nos tenga que ser arrancado a la fuerza y nos suma en la desesperación y el dolor?

Si hacemos un hábito de la reflexión y si, además, formulamos un programa para poner en práctica lo que aprendemos en la reflexión, tenemos la posibilidad de liberarnos de la cadena que nos ata a la experiencia ciega.


Los ejercicios de meditación, el estudio de enseñanzas, la dirección espiritual, la observación de nuestra propia conducta, la aceptación de la retroalimentación, las estrategias para evitar repetir situaciones inconducentes, todo ello y lo que ello implica, constituye la discplina exterior.


Fuente : Cafh un camino de desenvolvimiento- Enseñanzas - Matices de la Oración



No hay comentarios: